Wednesday, May 28, 2008


EQUIPAJE

Vine cargando mi equipaje,
aquel lleno de sorpresas, encantos y abismos verdes.
El de los mares azules profundos como tu mirada,
de las sonrisas inquietas de medio lado y por lo bajo;
también el de los cielos nublados que lanzan cubetazos de agua fría.

Lleno de noches solitarias y miedosas
por las sombras inquietas
que recorren mi casa a hurtadillas,
las que se sientan al borde de mi cama
y me miran fijo mientras mi espalda te recuerda.

Abrí la maleta llena de recuerdos
los que huelen a pan con queso y vino,
los de las siestas de verano
en la paz de nuestra desnudez madura.

Rebusqué entre tu piel y la mía
para ver si encontraba el motivo de tu ausencia
y sólo encontré risas,
dedos ansiosos y cuatro ojos ávidos de vida.

Vacié su contenido sobre el lecho enmohecido
y cayeron pétalos de rabia,
hojas de engaño
y una foto mustia del amor en ruinas.

Le eché cerrojos y guardé mis cosas,
-las que te recuerdan lento y profundo-
dejándolas al olvido,
para continuar el camino de la vida, como dicen,
liviana de equipaje.