DIOSES Y HUMANOS
Con tanta fuerza dentro
Con tanta fuerza dentro
pugnando por salir
ilusiones marchitas, retoñando a tu paso
con sueños y esperanzas del color de tu risa
tanto para dar, ¡a manos llenas!
Pero me frena tu loca frialdad,
tu practicidad de viejo soldado,
tus letanías eternas de amante desolado
la fiereza de tu desprecio por la vida dulce
-¿o será miedo a entregar el alma nuevamente?-
lo cierto es que tanto amor mantenido a presión
me enferma.
Tanta dulzura disfrazada de ironía
me amarga.
Tanta ilusión fallida
me agoniza.
Y vos,
mirando vas, sin ver la vida,
soltando mi mano a cada despedida
y volviéndola a tomar cuando recuerdas
que allá, en el fondo helado del recuerdo,
una vez
con calidez y ternura encontramos la salida
a tanta soledad y tedio,
conjuramos los muertos,
los abandonos,
los juramentos para siempre
y fuimos vos y yo,
nada más y nada menos,
invencibles dioses,
hombre y mujer bajo la luna de tu calle oscura
enlazando carne y éter
siendo principio y fin
de todo lo existente.