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MI PROPIA MUERTE

Quiero morir mi propia muerte sin esfuerzo.
Despacio, en silencio y sin afanes.
Irme de aquí sin anunciarlo
y no dejarme arrastrar por el anhelo.

Quiero morirme sin testigos.
O quizás sí, pero nada más los que yo invite.
Los amores que dieron a mi vida luces y colores y alegrías,
nada más las manos que fueron mis amigas.

Quiero, tal vez, escuchar una música de ensueño.
No quiero gemidos, ni lágrimas ni gritos.
No deseo avaricia, ni envidia ni ambiciones
acechando cual buitres mi próxima partida.

Vestiré como siempre. Simplemente.
Con lo que el momento me permita:
la sábana fresca y
la piel dormida para siempre.

Cerraré los ojos a mi entorno.
Me sumiré en el pozo de la noche.
Y un suspiro profundo y prolongado
será la puerta de mi espíritu agotado.

Me iré nomás. Sin prisa. Sin recelo.
Que nada soy y nada seré en ese vuelo,
solamente una chispa que se apague.

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EN TU MUNDO

Abrirás los ojos, de mañana.
Tus ojos claros y los oscuros de tu alma.
Los que ven el sol y las estrellas
y los que ven en el fondo de mi calma.

¿Qué ansiedades abrirán viejas heridas
y qué locuras ancestrales y queridas
harán que me pienses y me nombres
en lo bajo y oscuro, allí escondida?

Estaré bajo tu piel, como al acecho
esperando que permitas que te asalte
de la misma manera en que tus manos
llegaron a mi piel sin anunciarse.

Allí, dormida en tus párpados cansados.
Allí, en la palma de tu mano.
Prendida al mástil del deseo
Buscaré tu sueño para amarte.

Saldré desde el fondo de tu vida.
Desde el oscuro rincón de tus recuerdos.
Abriré los balcones de tu risa
y volveré a reinar en tus deseos.

Te daré el valor del que hoy careces.
Encontraré la fuerza que hoy desechas.
Abonaré tu tierra con mi anhelo
para hacerte vivir, como tú ansías.

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EL SILENCIO...

Silencio que llenas mis horas,
que atormentas mis anhelos,
también presagias tormentas
y aumentas mis desvelos...

Eres la muerte en su boca
y la oscuridad en sus ojos,
frialdad que habita en sus manos
y que hiere a mis antojos.

Silencio: taladras mi lengua
y atraviesas mis oídos.
Prolongas mis madrugadas
y laceras mis sentidos.

Silencio, dulce silencio,
que no traes sus suspiros.
Cuéntale, amargo silencio,
que añoro oír sus gemidos.

Que muero por escucharlo
musitar bajo mi nombre,
que quiero oírlo decir
que es feliz de ser mi hombre.

Silencio, dulce y amargo,
que no me traes noticias,
si son malas, llegarán...
y si son buenas, ¡albricias!

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MÁS ALLÁ

Significa, pues, querido amigo, que sos de los míos,
es decir,
de los que pensamos que el centro del Universo
no es este pequeño y azulito planeta
con pretensiones de galaxia comprimida.

Que con tantos miles de millones de planetas,
asteroides, soles y agujeros negros, cuando menos,
es obvio que no estemos solos
como con tanta soberbia insisten en creer algunos necios.

Y es que, entonces, sos de los que salimos al campo,
atisbando,
esperando,
controlando
y, tal vez, alucinando...
ansiando encontrarnos con alguien que nos diga que más allá,
quién sabe en dónde,
la estupidez,
la ignorancia,
la testarudez
y mucho más,
se han superado como en este mundo a la viruela negra
o como quieren ahora los de la ONU,
erradicar a la polio.

Te digo que así será.
Dejaremos este equipaje pesado
en las puertas de este mundo, ya verás,
y podremos volar de una galaxia a otra
sin asomo de dudas o de miedo.

Más allá de las visitas a Marte.
Más allá del terror a lo desconocido.
Más allá de las expediciones de miles de años.
Seremos éter.
Seremos luz.
Seremos libres.

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EN ESTE VALLE

En este valle todo es calma...
Hay un lago que espejea el alma
donde las aves pasan sin tocarlo.

El cielo es claro
y el sol es cálido.
Y las flores con su aroma
se hacen viejas en sus tallos.

Solamente es brisa
el viento cuando pasa.
Y en las noches la luna lo ilumina
sin sombras, sin nubes, sin distancia.

Trae tú, viajero,
huracanes y vientos.
Tormentas que me asusten
y relámpagos que crucen este cielo.

Arranca las flores,
llévatelas todas.
Trae ríos y montañas y quebradas
y revienta mi rostro con granizo.

Que esta quietud
y esta armonía
de tanto bien aprisionan a mi alma;
quiero correr despavorida y caer entre las piedras.

Quiero saber,
como tú,
encontrar el río de la vida entre la muerte
y hacerme fuerte en los temores de mi alma.

Quiero mirar
quiero tocarte,
toma mi mano y arrastra a mi conciencia
hasta la oscura realidad de nuestras vidas.

Hasta la vida.
Hasta la muerte.
Hasta el momento crucial de nuestro encuentro.
Hasta el instante fatal de nuestra ausencia.

Trae el dolor,
trae el sollozo.
Embiste la puerta de mi casa,
y penetra con fuerza desmedida.

¿Que no ves,
que no escuchas?
El silencio es perfecto y doloroso
sólo está el rumor de mis latidos.

Si tú llegas,
si tú vienes,
mi valle sentirá correr tus pasos
y mis ojos mirarán llegar los tuyos.

Y mis manos,
hoy vacías,
se llenarán de tu piel y de tus huesos
que darán plenitud a mi alborada.

Trae la vida,
pues, viajero.
que esta placidez es casi muerte
si no puedo entregarme a tu deseo.

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EL PANTALÓN DE SEDA

El calor de hoy ha sido terrible
sofocante
seco
amarillo intenso
con olor de polvo y suciedad

Mientras volvía a casa a medio día
sintiendo sobre la piel de las piernas
la tela caliente y sedosa de mi pantalón
-un pantalón negro de listas cremas-
pensaba en tus manos en mis muslos
igual de suaves
igual de tibias
igual de sensuales

Y cuando llegué, cansada,
me quité el pantalón
lo sentí deslizándose
hacia abajo
hasta mis tobillos
y luego los pies
deseando que fueses vos quien los tocara
deseando tus dedos en mi piel..

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DICIEMBRE
A Carlos

Será una tarde fría de diáfanos colores;
será diciembre adentro, de fuertes sentimientos.
Escucharé en mi oído tu llamado esperado
y viajaré a tu encuentro, sin arrepentimientos.

Compuesta y mesurada, caminaré a tu encuentro
queriendo en mis adentros, volar hacia tu cuerpo.
Andaré la distancia que aprisiona mis sueños
y anhelante y ansiosa, me entregaré a tus besos.

Nos fundirá el abrazo que guardamos por años.
Nuestras pieles ansiosas recordarán texturas,
mis dedos y los tuyos enredarán cabellos,
y experimentaremos, otra vez, la locura.

Me buscarán tus manos y encontrarán deseo.
Las mías, como agua, recorrerán tu cuerpo.
Vorágine de ansias, de sueños y pasiones
nos llevará al abismo de nuestras emociones.

Será una noche fría, de profundos temores,
cuando arranques tu sueño de mi huerto de entonces,
compuesta y resignada, me alejaré de nuevo.
Será diciembre adentro, de abismales dolores.

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CABECEANDO

Mientras cabeceo, te pienso
sentado, afanoso, a la máquina
mirando por encima de los lentes y debajo de las prisas
los movimientos que van y vienen y que no te dejan paz

Preparado y ansioso
pensando en las horas que se cuelan
y mientras tanto, yo
con los ojos casi cerrados y la boca abierta
te espero más y más mientras me duermo...

¿Qué haces, por Dios?
¡Decí qué pasa!
Que quiero saber...

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ASTRONAUTA DE MENTIRAS

En esta soledad anónima pero acompañada por vos
mientras afuera se escuchan las bocinas,
los gritos y los silbatos
de una loca ilusión: echarlos fuera a los infectos,
desde acá, te decía,
te imagino,
¡qué te digo!
sentado como aquellos viejos
detectives de la tele
tecleando como un loco
rodeado por el humo blanco
-hipócrita y callado homicida- del tabaco,
mientras me pensás, sin conocerme
ni haber visto jamás el brillo de mis ojos
ni aspirado el aroma de mi pelo.

Y te pienso, te digo,
escondiendo la indecencia de tu panza
que la única indecencia que tiene es que está grande,
me supongo,
descalzo... ¿descalzo? ¡para nada!
que imagino que el frío de la tierra te resfría,
por lo menos calcetines que te cubran
y te entibien usarás, ¡Dios te proteja!

Y cómo no has de estar histérico,
me digo,
consumiendo una jarra de café
¡más Coca Cola!
mientras sonrío para mí,
viéndote fumar cual descosido
tosiendo, el enfisema jodiéndote la vida.

Y tus palabras resuenan
en las niñas de mis ojos,
repitiendo incansables tus palabras:
...escribe a Guatemala el mensaje de la noche.

¿Querés ir a Marte? te pregunto,
me pregunto si yo iría, de aventura.
Si vamos los dos, los dos cercanos
y entregados y locos y apacibles, a veces,
cuando así lo demande el momento
o la noche o la mañana.
Si vos fueras y yo pudiera acompañarte,
si pudiésemos dejar atrás todo lo nuestro:
las familias, los amigos, las costumbres y trabajos,
si pudiéramos borrar las horas de nostalgias
y de amores y pasiones,
si estuviéramos dispuestos a empezar,
a seguir y a continuar con nuestros sueños
más allá de tu esquina Equinox
o mi Avenida Simeón Cañas,
si así fuera, astronauta de mentiras,
de ilusiones y esperanzas,
si fuera así,
iría contigo.

Qué importaría, entonces,
tu problema de gordura y la manteca,
¡al diablo con la dieta!
Serías teletransportado en mis pupilas,
hasta la misma gravedad de mis sonrisas,
o tal vez flotarían carcajadas de los dos,
en ese infinito universo que inventamos.

Y me darías, entonces,
ramilletes de luces y de estrellas,
mariposas de gas,
asteroides de humor y de sollozos
si lo que deseara fuera llorar por los recuerdos.

¿Y si te hiciera una injusticia como ésta,
la de anoche, o esta mañana? no recuerdo,
podrías quitarme el oxígeno un segundo,
en castigo a la osadía de acusarte,
de haberte pensado facilón y aprovechado
de mi obsequio
el que estuviste persiguiendo en la alborada.

Me gustan tus espacios pensativos...
yo los tengo también, te lo prometo.
Pienso y repienso las palabras,
porque tampoco quiero anticiparme,
ni inventar tonterías sin motivos.
¡Qué joder! no te gustan los amargos...
¿habrá todavía un uruguayo al que le gusten?
que me muero por tomarlos, ¡ni te cuento!
Hace 20 años me enseñaron a cebarlos
y ensillarlo y todo el ritual de la merienda
mientras hablábamos felices,
de gobiernos de derecha y guerrillas combatientes.

Pero el mate es un mate,
es un mate chapín, que ahora te cuento:
mate, es decir, historia, cuento, mentira y babosadas,
que lo que realmente sería apasionante,
es sentarme contigo,
hablando sin hablar,
viendo la bruma,
los charcos, las palomas,
los amores clandestinos,
los ancianos y los niños;
todo alrededor mas sin tocarnos,
encerrados en la urna de tus sueños,
en mis relatos masoquistas,
en tu afán de cambiar el mundo de tus hijos
en el mío de encontrar la verdad de mi existencia.

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ALGUNA VEZ ME INCREPASTE

Alguna vez me increpaste
por llamarte hielo siendo fuego.
Pues tu sangre corre hirviente
por el cauce de tus venas.

¿Es esa fuerza, amor mío,
la que te impulsa a mis brazos?
¿O es que tu alma y la mía
se amaron en otra vida?

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ACECHO

¿En qué día empezaste a impacientarme?
¿Desde cuándo tus ojos me atraviesan
y mi piel es buscada por la tuya?

¿Hace cuánto que encuentro a tu mirada
acechando mis ojos y mi boca
y tu aliento invadiendo mi terreno?

¿Desde cuándo tus dedos agitados,
volando, se posan en mi mano
y siento el frío de tus ansias que,
inseguras, te transforman en un niño?

¿Desde cuándo soy eco del deseo
vibrante en mi piel y en mi cerebro,
dispuesto a penetrar en mis misterios
haciendo que mi entraña te reclame?

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ÁNGEL

Materia, febril compañera,
¿qué burla te juega la vida,
que hoy dejas de ser la primera?

Si el corazón le di entero
sin siquiera conocer sus ojos,
renace de las sombras con esmero
¡y apróntate a vivir por sus antojos!

Si ahora que es otoño en nuestra vida
pensaste morir en el olvido,
¡despierta, materia, amiga mía,
acompaña a mi alma en el camino!

Él es profundo y casi etéreo,
Le voy buscando, como el ciego,
anticipando el alma con las manos...

Materia otrora febril, otrora fuerte,
tendrás que mantenerte expectante.
Algún día dejarás tu fría muerte:
¡será cuando lo traiga el horizonte!

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AGUA

Me llego a tu playa
tersa, limpia y suave
y entro en las aguas cristalinas
de tu boca,
rebuscando en el azul profundo
de tus ojos
el camino que me lleve hasta
tu goce.

Y me recibes
tibio y cercano,
insistente en tus ansias,
llevándome y elevándote por la ruta conocida,
recorrida mil veces por instinto.

Creces fecundo y fuerte a mis avances
y te abandonas a la vida,
cual si fuera el último respiro
de tu muerte.

Nos unimos en la prisa,
cadenciosos y urgidos,
cada cual con su apremio
y con su anhelo,
hasta que el grito profundo de tu boca
taladra la túnica de mis oídos.

Me baño en tus aguas,
las que mitigan mi sed de amarte;
y después del éxtasis unidos,
quedamos muertos a la vida afuera,
pero pródigos y vivos a nuestros interiores.

Bajas suavemente de tus nubes
y yo respiro revivida en mis adentros,
para mirarnos, ¡nuevamente mirarnos!
y descubrir que te bañas en mis fuentes
y yo, busco ansiosa, tu mirada...

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HAVONA

Primero pensé: ¿qué es esta locura?
Pero seguí leyendo, en la curiosidad picada.
Y como vi decenas de ojos, de pares de manos,
de cabezas rubias y morenas,
todos retratados en tu profecía cósmica,
me dejé llevar, de tu mano y tu entusiasmo
por el espacio abierto, infinito y eterno.

Y comparto con vos, pues pensamos lo mismo,
que no serán los cuerpos -las carnes y los huesos-
los nuestros que estarán esperando a los que lleguen.
Estaremos de pie, esperando su arribo,
con nuestro cargamento de luces, de colores, de aromas
y sabores de esta Tierra nuestra,
que invadirán su espacio, sus arenas y sus parajes áridos,
para transformarlos y revivirlos.

Mutaremos a cuerpos de luz, nada más.
Estos de ahora, placenteros,
desaparecerán por obsoletos,
por molestos e irreparables.
Como viejos Ford de los 40's
o aquellos bellos modelo T,
quedarán olvidados o en museos
para gozo de los ojos de los niños-luz de ese tiempo.

¡Pero qué importará!
Si seremos para siempre.
Como dice Urantia, ¿lo conoces?
Que aquí estamos en el más bajo de los tramos
de esa inmensa escalera de aprendices.

Aprenderemos. Hoy o mañana. Pero será.
Y en ese camino tan largo, que me espera,
quisiera tenerte siempre a la mano,
compartiendo la esperanza, la luz, el asombro,
la alegría de aprender y ascender en ese cielo.

Hacia el núcleo de Havona, el Paraíso.
Pasaremos los Siete Universos
entre miles de seres y planetas.
Ya verás. ¡Será espléndido!
Para, ¡por fin! ser uno con el Uno.

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CREO SINCERAMENTE

Cuánto quiero estar con vos
cuánto quiero verte
y escucharte
y hablarte
y tocarte
y reírnos
y llorar
y pelear
para reconciliarnos
y llenarte de besos
y tener tu cabeza en mi pecho
mirar tus ojos
que veas los míos
sentir tus manos frías por la alegría de encontrarnos
tener mariposas en el estómago por los nervios de verte

Hablar tonterías
pensar intrascendencias
ir juntos a la Luna
a Marte
a Saturno -mi planeta- y brincar en sus anillos
caernos en la playa
bañarnos de noche, a la luz de las velas
comer aceitunas negras
y hacernos el amor, con amor de verdad
y ser sexuales y locos
y atrevidos e inocentes
y probar tus besos
el sabor de tu boca
el aroma de tu cuello
la seda de tu cabello

Creo
muy sinceramente lo digo
que puede ser
que me enamoraste

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PÁJARO

Pájaro de luces, la vida.
Las alegrías, plumas.
Garras, las tristezas.

Ilusiones en celeste,
pasiones, rojo.
Como tus ojos,
como tus besos.

Negras las violencias,
las angustias, lilas.
Y estrujada entre sus uñas,
mi alma adormecida en el silencio.

La vejez y la rutina
transforman sus colores
y tus ojos brillantes otrora
se apagan y se cierran.

El amor se oscurece
y abandona el nido.
Cambia plumas de colores
a grises, por la pena
y por último se pierden nuevamente,
siendo ahora transparentes
como el olvido
como la indiferencia
como la nada...

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NADA

Cientos de minutos consumidos en las sombras
voces apagadas en el vacío de la nada
vientos que soplan hacia dentro de sí mismos
y un sol negro que lejos de salir, se esconde.

Arena en los ojos desvelados
y un olor a moho viejo entre las manos
brazos muertos
piernas quietas
lengua árida sin riegos ni ensenadas

Maldición de estar sola sin hallarte
de vagar día a día
metro a metro
buscando tus carnes en la aurora
sin lograr encontrarte en siglos de hastío y abandono

Condenada al destierro
masa fría
viento gélido
agua congelada
todo dentro de mí...
y nada.

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ENVIDIA

Te veo desgarrar el alma en su ausencia
repasar y recaer noche a noche
en el grito lastimero
buscando en las miradas
tocando pieles
y probando bocas
tratando de encontrarla en las otras
para sofocar el dolor del ayer indeciso

Por mi parte, debo decir,
envidio a su alma lejana que provoca brotes de pasión
desde esta orilla
que a pesar del tiempo
del dolor
de la ira contenida
hace que un hombre
-finalmente, el nombre no importa-
continúe buscándola en la aurora

Yo, que estando viva estoy tan muerta o más que ella
porque la entrega de la última partícula de mi alma
o de la célula viva de mi cuerpo
en tantos soles
no ha conseguido ser tierra pródiga
base ni cimiento
ni mar para surcar en la conquista

Todo ha sido momentáneo y pasajero
liviano como el roce de su pelo en tu rostro
breve como un parpadeo

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AHORA

Como el gato al ratón
rodeas mi espacio e indagas
jugueteas en mi alma
y mis ansias las controlas y elevas o sumerges
a tu antojo.

En blanco y negro tu presencia
en cualquier momento cambia o se desliza entre mis dedos
y aguardo el primer paso después de la llegada
espero...

Y siempre aparece
-de la nada pareciera-
ya no sé si soy yo misma
si es una simbiosis en tu mente
o simplemente un abuso a mi paciencia
No lo sé.

Pero el alma elástica se vuelve
y se estira y prolonga en la vigilia
esperando el blanco y negro de tu ira
de tu frustración y el sentido de tu culpa
que me toca y arrastra y provoca y desajusta
gritando hacia adentro de mi alma
la injusticia
de tu vida y de la mía
o quizás nuestro cobarde acomodo ante los riesgos
No lo sé.

Y callo.

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...Y TE ESPERO

Desde el pesado letargo de la espera
-gris afuera y negro adentro-
paladeo el pastoso silencio y
el movimiento lento de las horas

con el alma en vilo por el miedo
miedo al vacío
al hondo purgatorio de la duda
santifico el principio y el fin de las vigilias

y pienso en lo pasado y lo vivido
qué es lo mejor
lo menos duro
lo que pueda doler menos a mis horas

y caen los segundos como gotas de suero
lentamente
a través de mis ojos
de mi sueño y mi esperanza

...y te espero.

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CON LOS OJOS BIEN CERRADOS

Somos cobardes ante el dolor
y nos escondemos, debajo de la tierra,
debajo de nuestra piel
cerramos los ojos y la boca
cruzamos la calle para no pasar por ahí
salimos antes
o después
lo importante es no enfrentar
es no dar la cara
no aceptar que sí,
que somos
que fuimos
que estamos...

Somos cobardes y agredimos
con nuestro silencio
con nuestra negación
con nuestra huida
con la oscuridad nuestra,
la que nos viene al cerrar los ojos.
Los ojos bien cerrados también es esto!

Me retraigo
me silencio
me escondo
huyo del dolor
de la verdad
de la pena o la vergüenza
y el centro de la Tierra no es suficiente para esconderme
para evitarte
para no hablarte
o no sentirte
o no recordarte
para borrarte de mi mente
de mi cuerpo
de mi alma
de mis archivos.

Pero allá, al final
hasta dentro, muy dentro de mí
estás latente
sos una verdad
no te he inventado.
Fuimos
y sentimos
y vivimos.

Todo lo que fue,
pasó.
TODO ES VERDAD.
Y nada podrá impedirme recordarlo
-cuando quiera-
a pesar de tu silencio
a pesar del desaliento
a pesar de todo.

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ECLIPSE

A lo mejor vos me esperas.
O quizás me recuerdas y
dentro de los pliegues de la almohada me encuentras
y me besas
y me piensas.

O tal vez me desechas
y me dejas a un lado
aguardando la aurora
para hallarme en la prisa de la nueva mañana

Por mi parte te guardo;
doblé tus pensamientos
junto con mis anhelos
y los tengo escondidos debajo de la cama

Que esta noche, despacio
cuando mis pasos lleguen, descalzos a su orilla
los rozarán, livianos
y treparán hambrientos por mis piernas y muslos
hasta el rincón profundo en que guardo tus sueños.

Los llevaré conmigo
y estarán en mi almohada
tocándome los senos
tomándome las manos
buscando mi locura
encontrarán la tuya
y seremos eclipse
nuevamente en el tiempo
nuevamente en mi aliento
nuevamente en tu apremio.

ODISEA

Yo también pruebo
y me hace gracia
tu ternera cantando una polca
o tu nariz goteando y colorada
pero me sonrío para dentro
porque no es de buena educación burlarse del mal ajeno

¡Pobrecito calamar!
tiene catarro
esperaré a que la evolución lo transforme en un hombre
que se sentará conmigo por la noche
a compartir sueños y añoranzas
y nos iremos nuevamente de la mano
¿Viajaremos hasta Marte?
estaremos absortos
boquiabiertos y asombrados

Anoche vi odisea 2001
quise tenerte a mi lado
compartir toda la inmensidad y la belleza
quise haberte mirado a la cara mientras el ciclo concluía
y se reiniciaba de nuevo,
mientras flotaba la vida,
allá arriba
más allá de nuestros ojos
más allá de nuestros cuerpos
más allá de nuestras mentes

Me habría gustado hablarte
¡Y decirte tantas cosas!
no de amor
no de pasión
sino de vida
de muerte
de espacio infinito
de existencias fértiles
de la comprensión del alma
de todo...

Y me detuve
me contuve
me retuve
y te pensé, simplemente
sin mayores daños a terceros...

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TOMANDO CAFÉ

Me lo tomo, sí,
mientras llueve.
Mientras afuera hay carreras y luces de carros
y gente angustiada entre las gotas.

Mientras veo tus manos
que juegan con la taza
y que rozan las mías,
nerviosas y ansiosas
las cuatro.

Saboreo el café y saboreo tus ojos
que me miran dudosos por encima del borde
y preguntan preguntas que tal vez no responda
o simplemente me inquietan
mirándome profundo.

Saboreo el café
mientras tu boca paladea mis besos.

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